miércoles, 4 de mayo de 2011

El valor de la Educación Técnica

 Carlos Morales Pizarro


A propósito de la reciente inauguración de nuestro nuevo local de Senati (Servicio Nacional de Adiestramiento en Trabajo Industrial) referido al Programa Nacional de Informática (PNI) en la hermosa ciudad ancashina de Caraz, y de la próxima apertura de nuevos locales en los modernos distritos de Nuevo Chimbote y Coishco, cabe reflexionar sobre la importancia de la educación técnica en el desarrollo de las habilidades humanas que necesita el país para sostener su crecimiento económico a largo plazo.
Empezaremos mencionando a Michael Porter, el gurú de la competitividad, quien afirma que el rol de los empresarios en el proceso de transformación del modelo competitivo es fundamental. Porter dice: “El sector privado tiene que hacer cosas distintas de las que ha venido haciendo hasta ahora, tienen que asumir roles que antes no asumían, deben pensar distinto, y ello tendrá todo que ver con el futuro del Perú”. Habla también de la diversificación: “se puede ser competitivo y próspero en cualquier cosa, pero lo importante es ser productivo y diversificado para tener sostenibilidad en el tiempo”. El gurú explica que nuestro país necesita diversificar su economía para dejar de ser tan dependiente de los precios de las materias primas e impulsar actividades económicas que requieran mayor mano de obra; “se tiene que pensar en el desarrollo social o no tendremos las bases para sostener ni apoyar lo económico. Mejorar la competitividad y reducir la pobreza depende de lo social y lo económico”.


Como consecuencia de los  importantes niveles de crecimiento económico en el Perú que -según las proyecciones- se mantendrán por algunos años más, se ha hecho evidente que sin un alto nivel de educación no podremos más que seguir produciendo materias primas sin que podamos acceder a la diversificación e innovación tecnológica para ser competitivos en el mercado global.  Y aunque la producción de productos primarios no es mala en sí misma, lo que necesitamos para ser un país desarrollado es tener una oferta tecnológica de productos con mayor valor agregado, en donde la participación de la mano de obra calificada es clave. Por cierto, es urgente estimular la ciencia y tecnología para crear innovación en la forma como hacemos la cosas y en la producción de nuevos productos para el mundo. Sabemos que con el conocimiento tecnológico y la aplicación de las tecnologías de información y comunicación (TICs), se eleva consistentemente la productividad industrial para hacer productos mejorados que tengan impacto en el bienestar de nuestra población. Al ser conscientes de estas necesidades nos preguntamos ¿puede el Perú lograr el desarrollo en base a la tecnología?, ¿podemos producir nueva tecnología para el mundo?
Sin ir muy lejos, en Chile el gobierno ha tomado la decisión de convertir a su país en el nuevo centro tecnológico para América Latina, algo similar al Silicon Valley de los Estados Unidos, para lo cual mediante una asignación monetaria de US$ 45,000 busca atraer a ese país a los emprendedores tecnológicos, vengan de donde vengan, para que realicen sus proyectos en su ámbito geográfico.  Ahora, si el peruano es reconocido en el mundo como el más emprendedor ¿porqué no podemos nosotros ser el Silicon Valley para América Latina?, ¿qué cosa nos falta?, ¿nos faltan adecuadas políticas de Estado?, ¿qué hacen los empresarios privados?, ¿qué hacen las instituciones?, ¿en Senati estamos haciendo lo suficiente?
El nuevo generador de riqueza es el conocimiento, la sostenibilidad no se puede basar en mano de obra barata o depredación de recursos naturales, eso está mal entendido, es una competitividad irreal; hoy en día las ventajas competitivas dependen de la innovación tecnológica y hay una seria desestimación en ese campo.


Hablando de educación, el Perú -según el ranking de competitividad del World Economic Fórum (WEF) publicado en el 2010- ocupa el puesto 133 en educación de 139 países evaluados. Por otra parte en la última publicación del Banco Mundial: “Perú en el umbral de una nueva era”, se resalta que “el progreso educativo de los países en vías de desarrollo, evidenciado en mayores niveles de cobertura escolar y nivel educativo alcanzando por la población, no se ha traducido en un crecimiento económico acelerado” y explica a continuación que esto se debe a la baja calidad de la educación que no estimula adecuadamente el desarrollo de habilidades cognitivas (lectura, escritura, numéricas, etc.), socio-emocionales (autodisciplina, perseverancia, trabajo en equipo, etc.) y las técnicas (técnicas y profesionales). Este conjunto de destrezas tienen impacto en la capacidad de obtener empleo y además determinan el nivel de ingresos de la persona. Generalmente en nuestro país, indica el estudio del Banco Mundial, los empleadores reclaman la falta de calificación en aspectos que se relacionan más con las habilidades cognitivas y técnicas. Un menor porcentaje de empresas, entre las que se encuentran las más grandes, se  quejan de la falta de habilidades socio-emocionales como complemento ideal de las primeras mencionadas. Estas últimas provocan sobrecostos debido a la imperiosa necesidad de inversión que representa la capacitación post contratación. Felizmente nuestro país se encuentra obteniendo mejores resultados en las evaluaciones respecto a las habilidades cognitivas de nuestros estudiantes las cuales se miden en las reconocidas pruebas PISA para estudiantes secundarios. También hay políticas gubernamentales que se centran en el desarrollo de la niñez como base para una buena educación con enfoque en la mejora nutricional y de salud de nuestros niños y jóvenes y la capacitación laboral a través de los programas como Projoven.
En lo que corresponde a la educación técnica, Senati ha identificado que mucha de la oferta educativa actual existente en el mercado no corresponde a la demanda actual de las empresas industriales ya que existe una sobreoferta de profesionales (como por ejemplo contadores, economistas, profesores, médicos, etc.) que el sector empresarial ya ha cubierto con creces. Para el desarrollo de nuevas carreras, en Senati estamos respaldados por la información técnica y de mercado que recibimos a través de nuestros consejos zonales en todo el país, los cuales son conformados por representantes de empresas industriales. Ellos, con su experiencia operacional y al tanto de las tendencias, nos ayudan a confeccionar nuevas carreras técnicas que les permitan a las empresas innovar tecnológicamente. Una variante principal en la formación de los jóvenes que estudian en Senati es la aplicación del “aprendizaje dual” mediante el cual los estudiantes acceden a un aprendizaje práctico real en las plantas de producción de más de 300 empresas a nivel nacional. Esta es una modalidad que algunas instituciones educativas vienen implementando recientemente como innovadoras pero que en Senati se aplica desde sus inicios hace casi 50 años. Teoría y práctica juntas, potencian la capacidad técnica de los estudiantes y permite que estos se adapten rápidamente a los procesos productivos del sector industrial una vez egresados. Es más,  viendo los requerimientos de habilidades socio-emocionales de parte de las empresas, se han implementado paralelamente a la formación técnica cursos que ayudan corregir comportamientos y actitudes relacionados con los valores éticos necesarios para un desempeño de calidad. Asimismo, en la etapa de nivelación -previa a la etapa de formación- los jóvenes tienen acceso a una capacitación intensiva en idiomas e informática, que serán herramientas base para su futura formación técnica.


Todavía hay un gran paradigma en nuestra sociedad respecto a que la educación técnica no genera réditos suficientes en relación a las carreras profesionales, lo cual es una falacia que impide que nuestros jóvenes puedan elegir adecuadamente la carrera a seguir. Por la demanda existente, actualmente importamos técnicos que nos cuestan mucho más que los sueldos que se pagan a profesionales universitarios debido a su alta especialización. Esta creencia es apoyada por la deficiente oferta técnica que hay en el Perú proveniente específicamente de instituciones técnicas que no cuentan con certificaciones mínimas que les permita brindar una calificación de calidad. En Senati contamos con convenios con las más importantes instituciones internacionales de formación y capacitación y hemos obtenido certificaciones que nos ha llevado a ser considerada una de las 20 instituciones de formación y capacitación más importantes del mundo.
Por naturaleza, Senati es una institución educativa pero también -por beneficiar a los jóvenes de los sectores económicos de más bajos recursos- cumple una labor de responsabilidad social sumamente importante. Esperamos de todas maneras estar a la altura de los requerimientos de la nueva economía con un pensamiento progresista e innovador, con enfoque en la investigación en tecnología para la creación de patentes de productos hechos por nuestros propios jóvenes estudiantes y esperamos fomentar en un futuro próximo el emprendimiento para el desarrollo de la nueva tecnología que necesita nuestro país. Somos conscientes que no lo lograremos sino pensamos de otra manera, como bien dice Porter.

Esperamos que con esta nueva unidad en Caraz que se une a las que ya tenemos en Chimbote, Huaraz, Casma y Huarmey así como las que implementaremos próximamente en Nuevo Chimbote y Coishco, podamos seguir acercándonos más a las comunidades, especialmente a nuestros jóvenes y profesionales que buscan su desarrollo a través de la formación y capacitación técnica para ayudar a consolidar el camino hacia el desarrollo que nuestro país requiere. Los estudios técnicos brindan también una gran oportunidad a aquellos jóvenes y profesionales emprendedores que pueden desarrollar la pequeña empresa con base en nuestra capacitación y formación. Es bien sabido cómo este segmento de gente emprendedora está desarrollando nuestra economía y está marcando finalmente el camino hacia el desarrollo del Perú. De esta manera creemos se puede aprovechar un abanico de oportunidades para emprender e innovar, para romper los paradigmas sobre lo que fuimos como país y lo que somos y seremos en el futuro: un país desarrollado. 
Con estos nuevos programas y locales inaugurados en nuestra región, así como en el resto del país, Senati quiere acompañar al Perú en su desarrollo y contribuir para el logro de esa prosperidad que poco a poco estamos percibiendo y consolidando.

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